Espuritualidad Ignaciana y los Laicos

                                           El Magis en San Ignacio

         A.M.G.D. Ad Maiorem Dei Gloriam (A Mayor Gloria de Dios) es el lema de los jesuitas y de los ignacianos-as. Resume bien la espiritualidad ignaciana y el sentido del magis.
       Magis significa m�s, mejor, mayor, superior, no muchas cosas, sino mucho, profundidad. Quiere decir arrojo, meter mano a lo dif�cil; no lo ordinario, sino lo extraordinario; no lo bueno, sino lo mejor. Significa sobresalir, se�alarse, llamar la atenci�n, originalidad, creatividad. El magis nunca se identifica con la mediocridad. No es cuesti�n de hacer m�s cosas, sino de discernir cuidadosamente lo que m�s conviene para el servicio de Dios. Es hacer las cosas- tal vez menos- pero con m�s hondura.
     Se ve claro lo que es el magis en el discernimiento ignaciano. Discernir no es escoger entre el bien y el mal (para eso est�n los mandamientos) sino entre lo bueno y lo mejor. Si recorremos los Ejercicios Espirituales nos encontramos con muchos trazos del magis. Al comenzar, en el Principio y Fundamento, al proponer el fin del hombre, declara que se desee y elija "lo que m�s conduce para el fin que somos criados (Ej. No. 23). El mismo criterio aparece en la elecci�n, segunda semana(Ej.179).
        Hay una palabra que se repite mucho en los Ejercicios y que va en la direcci�n
del magis. Es "conocimiento interno". En la Primera Semana, en el tercer ejercicio, nos sugiere que pidamos "interno conocimiento de mis pecados". En toda la Segunda Semana, al contemplar la vida de Cristo, hay que pedir interno conocimiento del Se�or que por mi se ha hecho hombre, para que m�s le ame y le siga". En la Contemplaci�n para alcanzar el amor ,Cuarta Semana, pedimos "conocimiento interno de tanto bien recibido, para que yo, enteramente reconociendo, pueda en todo amar y servir a su divina majestad". Interno conocimiento quiere decir ir m�s all�: no un conocimiento puramente intelectual, sino uno que llegue al coraz�n, que sea experiencial, vivencial, incluyendo toda la persona.
      Todos los escritos de San Ignacio-Diario Espiritual, Autobiograf�a, Ejercicios Espirituales, Constituciones, Cartas- est�n llenos de esa aura del magis. En la s�ptima parte de las constituciones, dedicada a los ministerios de la Compa��a de Jes�s, da estas normas. Se han de escoger obras ap�st�licas donde se d� mayor servicio de Dios, donde el bien que se haga sea m�s universal, se trabaje all� donde mayor sea la necesidad, se escojan ministerios donde se produzca mayor fruto apost�lico. Y que siempre todo se haga a Mayor Gloria de Dios.
     Cuando habla de los candidatos que van a entrar a la Compa��a de Jes�s, dice que no se escojan muchos, que se escojan bien. Que sean pocos, pero que puedan hacer grandes cosas. Corre por ah� el rumor de que todos los jesuitas son inteligentes. No es verdad. San Ignacio se fijaba, m�s que en la inteligencia, en el deseo de progresar, en la pasi�n por aprender, en el deseo de aventurarse a grandes cosas, en la convicci�n que ten�a al candidato. Y esa es una nota de la formaci�n de los jesu�tas: aprender a hacer las cosas no porque est� mandado, sino porque yo veo lo que debo hacer, porque estoy apasionado por la otra.
      El magis es el que ha hecho de los jesuitas una orden de vanguardia en la Iglesia. As� se lo reconoci� y lo formul� admirablemente Pablo VI: "Dondequiera que en la Iglesia, incluso en los campos m�s dif�ciles y de primera l�nea, en los cruces de lasideolog�as, en las trincheras sociales, ha habido o hay confrontaciones entre las exigencias urgentes del hombre y el mensaje cristiano, all� han estado o est�n los jesuitas". El magis es para todos los ignacianos porque la espiritualida ignaciana es m�s amplia que la espiritualidad jesuita.
      Podemos resumir lo que es el magis en esta historia de Anthony de Mello. Un escritor llega al monasterio para escribir un libro acerca del Maestro. La gente dice que usted es un gran maestro. �Es verdad? Podr�amos decir que s� contesta modestamente. �Y que le hace ser un gran maestro? La habilidad para reconocer, contesta.Reconocer, �qu�? La mariposa en una oruga, el aguila en un huevo, al santo en un ser humano ego�sta.

                     �De d�nde viene el Magis?

       Es bueno hacer la historia del magis para mejor entender su alcance. Es algo bien original de San Ignacio. Tiene varias fuentes.
      Primero, San Ignacio es un caballero, mejor dicho ten�a una mentalidad de caballero. Como saben, la caballer�a fue una instituci�n de la Edad Media por la vual una persona, un caballero, se compromet�a a servir, defender y de ser necesario, dar la vida por su Se�or. Para ser armado caballero, se necesitaba se necesitaba hacer una vela de armas- lo que hizo que Ignacio en el Santuario de Monserrat. Al otro d�a
ven�a la invstidura de caballero, una ceremonia religiosa, donde se hac�a el juramento de defender y servir al Se�or. Las virtudes requeridas en el caballero eran sobre todo: la valent�a, el arrojo, el buscar grandes aventuras, sobresalir, se�alarse. Ignacio
se llamaba el peregrino, un caballero peregrino, que est� siempre en busca de lo mejor. Este lenguaje de la caballer�a se encuentra mejor en los Ejercicios. Ver, por ejemplo, Las Dos Banderas, El Llamamiento de Cristo Rey Eternal y la Contemplaci�n para alcanzar Amor.
      Segundo, cuando Ignacio est� convaleciendo en Loyola, pide para leer novelas de caballer�a. No las hab�a. No olviden que Ignacio hab�a le�do las novelas de caballer�a, sobretodo la m�s famosa, Amadis de Gaula. Entonces lee la vida de Cristo y de los Santos. Le impresiona tanto la vida de Santo Domingo y San Francisco de As�s , que decide imitarlos pero yendo m�s lejos que ellos en las penitencias. Le fascina tanto la persona de Cristo que le viene el deseo de ir a Tierra Santa sin un centavo en el bolsillo. Poco a poco va a ir descubriendo, por el discernimiento, que Dios le quiere Santo de otra forma. El magis va adquiriendo la forma de servicio, en compa��a de otros, siendo jefes de ellos.
     Tercero, cuenta tambi�n la historia de su familia. Sus antepasados hab�an sido grandes h�roes, caballeros, defendiendo a los reyes. En 1231 se di� la Batalla de Beot�bar, entre guipuzcoanos y navarros apoyados por Francia. Cuenta la historia, un poco exagerada como todas las historias, que el ej�rcito navarro se compon�a de 70,000 soldados y el guipuzcoano de 800. A pesar de esa diferencias ganaron los guipuzcoanos En esa batalla se distinguieron los parientes de Ignacio entre ellos su tatarabuelo. Para premiar la haza�a de Beot�bar el rey Alfonso XI de Castilla y Le�n concedi� a los Loyola una condecoraci�n al fundar, diez a�ps despu�s la Orden Militar de la Banda. El escudo es un le�n con siete bandas alrededor. Para ser miembro de esa orden uno ten�a que sobresalir en m�s y mejores haza�as, acometer grandes riesgos, valer m�s, buscar siempre lo mejor.
      Cuarto, su experiencia de Ejercicios. Los Ejercicios comenzaron a gestarse en Loyola, pero se consolidan en Manresa. Dos fueron los puntos que m�s sobresalieron en su experiencia. En la meditaci�n de los pecados, San Ignacio muestra un profundo agradecimiento por haber sido perdonado. Es consciente de la gravedad de sus pecados y por otra parte experimenta el perd�n y as� la infinita misericordia de Dios. Esto le lleva a ponerse delante de Cristo crucificado y preguntarse "�qu� debo hacer por Cristo?(Ej. No. 53) Ignacio transforma el agradecimiento en generosidad. El agradecimiento no pone l�mites a la generosidad.
     El otro punto, el m�s importante, es la fascinaci�n que le produce la persona de Jes�s. Ese Cristo no es s�lo alguien que ha perdonado a Ignacio, que ha muerto en la cruz por �l, sino alguien que tiene una misi�n, tal como la expone en la meditaci�n del Rey Temporal, que es previa a las contemplaciones de la vida de Cristo.
Cristo tiene una misi�n grandiosa que realizar: ""conquistar todo el mundo y tambi�n los enemigos"(Ej.No.95).
Ante esa misi�n Ignacio pide la gracia de"" no ser sordo a su llamamiento"(Ej.No.97)
   Resumen: el magis sali� de su experiencia. No de un libro o un maestro. Por eso es maestro.